El precio de los pisos lleva cayendo desde 2008 en España. 2013 fue el sexto año en que la vivienda se abarató. Bajan los precios pero no aumentan las compraventas –por la falta de crédito y las altas tasas de paro–, de modo que a falta de ese equilibrio, las casas se abaratan más. Y 2014 va a seguir de entrada el mismo camino. Sólo los capitales extranjeros parecen confiar en el ‘ladrillo’ español, pero este empuje es insuficiente para que el sector vuelva a poner en marcha las excavadoras. Expertos coinciden en que aún quedan trimestres de precios a la baja y en que, en este escenario, 2014 se perfila como el año del alquiler.
Desde enero de 2008, cuando el valor de las viviendas alcanzó el pico máximo que pinchó la ‘burbuja’ inmobiliaria, los precios han caído ininterrumpidamente hasta acumular un descenso del 28,8%, según datos del Ministerio de Fomento. Hoy, el metro cuadrado de la vivienda libre cuesta casi 1.500 euros, en niveles de 2004, inferiores a los de 2006 o 2007, pero aún propios de los tiempos del boom. Sin embargo, algo ha cambiado en el sector inmobiliario en 2013. Grandes fondos de inversión extranjeros han desembarcado en España haciéndose con la gestión de las divisiones inmobiliarias de Banco Santander, La Caixa, Bankia o Banco Popular. Esto se suma al incremento de las compras de viviendas por parte de particulares extranjeros, que en el tercer trimestre protagonizaron el 15,6% de las operaciones, mientras que un año antes apenas superaban el 11%. Con todo, los expertos coinciden en que la demanda extranjera no es suficiente para reflotar el sector y que no se podrá hablar de recuperación en el ámbito inmobiliario hasta que no retornen los compradores nacionales.