La apuesta por el ladrillo pareció alimentar una buena parte de la economía española durante años, especialmente en lo que se refiere al empleo. Claro que los excesos acabaron en la burbuja inmobiliaria y su estallido. Ahora el sector de la construcción intenta luchar contra su demonización. Tanto es así que la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) cree que hasta el presidente del Gobierno considera que “la construcción es algo malo”. En ese sentido, esta organización le asegura a Mariano Rajoy que no logrará su objetivo de reducción del número de parados en lo que resta de Legislatura si no cuenta con el sector de la construcción.
«Este lunes Rajoy se comprometió a reducir el paro en unas 600.000 personas, pero no lo va a hacer sin la construcción. No se crea empleo sin la construcción, es un axioma que debe aprender», asegura Juan Lazcano Acedo, presidente de la patronal del sector. El sector que tantas viviendas ha levantado se siente discriminado. «Desde la CNC luchamos por retirar del ADN del presidente del Gobierno su consideración de que la construcción es algo malo», asegura Lazcano, quien lamenta que Rajoy se «haga fotos» en fábricas de coches y con otros sectores, y no con la construcción. El presidente de la patronal demanda que, «dado que la economía se está recuperando y la prima de riesgo está bajando», ante el «resquicio» que todo ello proporcione, «se piense en los sectores que han sufrido un mayor castigo ante la necesidad de reducir el déficit». «Al sector se le ha pedido un brutal esfuerzo para la consolidación fiscal», asegura Lazcano. La patronal de la construcción da «por perdido» el ejercicio 2014 en cuanto a la recuperación de la inversión en obra pública que, acumula así al menos cinco ejercicios de caídas.