Cada vez más informes y análisis apuntan, con mayor o menor contundencia, que la crisis inmobiliaria acaba; esto es, que el precio de la viviendas toca fondo y que el sector ve ya la luz al final el túnel. O no. Los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), por ejemplo, aseguran que no, que ellos no perciben la mejora del mercado inmobiliario.
Recuerdan que algunos de los datos ya conocidos hacen referencia a un incremento en el número de transacciones durante el primer trimestre de este año, hasta las 81.358 viviendas vendidas, y a que se sigue frenando la caída de los precios de la vivienda.
Sin embargo, los APIS no están notando, «a pie de mercado», que efectivamente se estén produciendo más transacciones o que haya una estabilización de los precios.
Incluso siguen preocupados por el principal problema del sector: la falta de crédito. «Es verdad que en ciertas operaciones, selectivas y concretas en función de su mejor posicionamiento, las entidades financieras sí se están mostrando más abiertas, pero no se puede decir que efectivamente se perciba a corto plazo una apertura del mercado crediticio».
Los profesionales están observando «más confianza, más interés y más peticiones para ver inmuebles, lo que hace un año no se veía, pero de ahí a que se materialicen operaciones hay una clara distancia», añaden. Todo parece indicar, a su juicio, que «a lo sumo 2014 puede ser el año en que se estabilicen los precios y se toque fondo».
Para los API, los altos índices de desempleo y la falta de crédito se convierten así en los principales escollos para que realmente se produzca el auténtico cambio de tendencia esperado, de modo que «mientras no haya mejoras tangibles en estos dos aspectos de la economía, el sector seguirá sufriendo el espejismo de que el mercado inmobiliario mejora realmente».