Limpiar un electrodoméstico de uso tan cotidiano como el lavavajillas puede resultar más útil de lo que parece. Tanto estos aparatos, como lavadoras o cafeteras, pueden contener Exophiala dermatitidis y E. phaemuriformis, dos hongos que han demostrado tener una tolerancia inusual al calor (en el lavavajillas pueden alcanzarse temperaturas de 60 ºC a 80 ºC), a las elevadas concentraciones de sal y al agua tanto ácida como alcalina.
Los lavavajillas son húmedos y cálidos y tienen abundante materia orgánica para alimentarse en forma de restos de comida. Sin embargo, en ellos se mantienen condiciones que dificultan la supervivencia de muchos de estos patógenos, ya que se alcanzan altas temperaturas y se utilizan detergentes. Según esta investigación, el 62% de los lavavajillas dio positivo en los hongos citados, que también se detectaron en otros electrodomésticos como cafeteras y lavadoras, aunque en menor cantidad. Entonces sorprendían los resultados debido a que en el lavavajillas se emplean calor intenso, detergentes potentes y altos niveles de sal que ponen difícil la supervivencia de cualquier microorganismo patógeno.
Los estudios realizados hasta ahora demuestran que las especies Exophiala son hongos comunes en ambientes asociados a la madera en descomposición y el suelo enriquecido con desechos orgánicos. También revelan que pueden transmitirse a través de las fuentes de agua. A simple vista tienen la apariencia de un moho negro y proliferan en combinación con detergentes en los cajones del jabón y los sellos de goma de la puerta.
Los primeros análisis determinaron que tienen capacidad de infectar a las personas, sobre todo a las que cuentan con un sistema inmunológico débil si se ingieren (permanecen en los platos y cubiertos lavados).
Para prevenir este problema, los expertos recomendaban entonces limpiar a fondo el lavavajillas con una mezcla de vinagre y bicarbonato de sodio, así como realizar un ciclo de vacío a temperaturas elevadas y cambiar las gomas. Es importante tener en cuenta que los mohos crecen con la humedad, de ahí que las juntas de las gomas se sequen entre los distintos usos y se recomiende dejar la puerta abierta. La limpieza y la desinfección son fundamentales para reducir los riesgos en una cocina. Mantener las superficies y los distintos utensilios, así como los electrodomésticos, en perfecto estado de limpieza es una de las mejores fórmulas para evitar la aparición de mohos indeseables, además de bacterias patógenas.