No son muchos los aparatos domésticos que presentan esta variable en sus características principales. Por eso se presenta como obligatoria la labor de memorizarlos para aplicar estas estrategias de ahorro y poder formalizar una serie de actuaciones que reduzcan su consumo, a fin de pagar menos en los recibos.
Televisores: es uno de los dispositivos por excelencia en donde se genera este consumo y, por tanto, necesita de mayor cuidado en su utilización por parte de los usuarios. Cada vez que se apaga el televisor con el mando a distancia se cree que se está a salvo de posibles consumos, pero no es así, ya que el piloto queda encendido, lo cual significa que está gastando aunque el aparato esté desconectado. Para eliminar este desembolso hay que apagarlo de forma correcta.
- Reproductores como un DVD: junto al televisor hay instalados otros dispositivos para reproducir vídeos y audios que, con frecuencia cuando se termina su visionado, se deja en modo de espera (con el piloto encendido). También esto implica un consumo inútil, al no estar utilizándose.
- Ordenadores: es otro de los casos más habituales en los hogares españoles, pues no se apagan de manera correcta y queda en ‘standby’ durante varias horas, sin olvidar los muchos casos en los que no se apaga la pantalla. En ambas circunstancias se estará consumiendo una energía inútilmente, y se solucionará con el apagado completo, sobre todo cuando la ausencia será prolongada.
- Cargadores: hay aparatos que necesitan de su oportuna recarga (móviles, portátiles, etc.) y que se dejan activados aunque el aparato ya esté cargado, generando mayor consumo del necesario. Así que habrá que prestar más atención y estar pendiente de cuándo se han cargado por completo para desconectarlos del enchufe y no malgastar energía ni dinero.