En un movimiento sin precedentes, miles de asesores fiscales y laborales se están preparando para lanzar una protesta masiva contra lo que perciben como abusos de la administración electrónica. Este acto de resistencia, que está ganando impulso rápidamente, tiene como objetivo enfrentarse a las injusticias que los profesionales de la asesoría han soportado desde el inicio de la pandemia. En este artículo, exploraremos los motivos detrás de esta protesta histórica y su potencial impacto en las administraciones públicas.
El Descontento de los asesores fiscales y laborales:
Desde el inicio del estado de alarma en marzo de 2020, los asesores fiscales y laborales han enfrentado una avalancha de tareas administrativas sin precedentes. A menudo, se ven obligados a lidiar con trámites que consideran injustos y que consumen una cantidad excesiva de su tiempo. Esta carga de trabajo, combinada con la complejidad de los sistemas electrónicos de la administración, ha llevado a una situación insostenible para muchos de estos profesionales.
La Protesta:
El 14 de marzo de 2024, estos asesores se unirán en una acción coordinada para hacer oír sus demandas. Su estrategia, meticulosamente planificada, implica un envío masivo e individual de escritos de personación y memorandos a varias instituciones clave, incluyendo la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y el SEPE. Este acto de protesta, que se espera que involucre a decenas de miles de profesionales, desafiará la capacidad de las administraciones para manejar la enorme cantidad de solicitudes que recibirán.
Los Objetivos de los asesores fiscales y laborales:
Los asesores buscan, en primer lugar, que se reconozca su papel crucial en el proceso administrativo y que se respeten sus derechos laborales. Además, están exigiendo cambios en el sistema que les permitan ejercer su labor de manera más efectiva y justa. Entre sus demandas se incluye el derecho a la desconexión digital y la posibilidad de realizar huelgas sin temor a represalias.
El Contexto:
Esta protesta no surge de la nada; es el resultado de años de frustración acumulada ante un sistema burocrático que parece estar en su contra. La pandemia solo exacerbó estos problemas, dejando a los asesores luchando contra una marea de trámites mientras intentaban mantener a flote a sus clientes en medio de la crisis.
La protesta de los asesores fiscales y laborales es un recordatorio poderoso de que, a pesar de los avances tecnológicos, la burocracia sigue siendo un obstáculo significativo para muchos profesionales. Si bien el camino hacia el cambio puede ser difícil, la determinación y la solidaridad mostradas por estos asesores ofrecen esperanza para un futuro donde la administración electrónica sea más justa y equitativa para todos.
