Podemos definir a nuestro actual sistema público de pensiones, al igual que el de la mayoría de países de la Unión Europea, como “sistema de reparto” y de prestación definida.
El sistema de reparto de las pensiones en nuestro país es un sistema que se organiza sobre una base de aporte obligatorio, realizado por los trabajadores en actividad para atender las pensiones y jubilaciones de los trabajadores retirados.
Esto quiere decir que las pensiones que los jubilados reciben en este periodo se obtienen de las cotizaciones que los trabajadores estamos pagando en la actualidad. Es decir, la pensión que un jubilado recibe en el año 2016 depende de las cotizaciones de los trabajadores de este mismo año.
Debido al principio de solidaridad, que es la característica principal del sistema de reparto, las cotizaciones recaudadas de los trabajadores en activo no se acumulan en un fondo privado para la percepción de futuros pagos, sino que son empleados en financiar las pensiones del momento.
Por otra parte, señalamos que las pensiones son de prestación definida ya que lo recibido por los jubilados depende de los años que haya cotizado, su base de cotización y la edad de jubilación.
Resulta una obviedad que nuestro sistema de pensiones es tremendamente vulnerable y contempla una serie de riesgos, entre otros los cambios demográficos derivados del envejecimiento de la población y riesgos del mercado de trabajo, producidos por el desempleo o la falta de productividad. Debido a esta causa ha sido necesario reformar nuestro sistema de pensiones en el año 2011, aumentando la edad de jubilación de 65 a 67 años. La finalidad a la que obedece esta reforma es que en un futuro haya mayor número de cotizantes y más dinero recaudado para pagar las pensiones, así como que al elevar la edad de jubilación también se disminuye el número de personas que reciben la pensión.
De esta manera, se garantiza que aumenten los ingresos percibidos por cotizaciones y disminuye el gasto en pensiones. En las últimas décadas, todas las sociedades desarrolladas están experimentando un intenso cambio demográfico motivado por el progresivo envejecimiento de la población.
Ante este panorama, cada vez es más necesario fomentar una cultura de ahorro de cara a la jubilación ante la inseguridad que ofrece este sistema.
Para ampliar más información, no dude en consultar con el Departamento Laboral de GRUPO EM GESTIÓN, que le asesorará y ampliará toda la información que necesite.