Quienes viven en Madrid o Barcelona pueden estar contentos; viven en una gran capital europea donde la vivienda es (relativamente) asequible. En ciudades como Londres un piso o apartamento empieza a parecer un lujo. La capital británica es la ciudad más cara del mundo para la vivienda, por encima de Nueva York o París.
Según un informe de la consultora inmobiliaria Savills, Londres se ha convertido en la ciudad más cara del mundo para las multinacionales por coste de ubicación de sus empleados (vivienda y espacio de trabajo) superando así a Hong Kong, que había mantenido hasta ahora el primer puesto durante los últimos cinco años. A continuación se sitúan Nueva York y París, en las que el coste combinado de alquiler de residencia y espacio de trabajo supera los 100.000 dólares por empleado al año.
Desde que la firma comenzase en 2008 a realizar este informe, las cuatro ciudades han encabezado la clasificación, lo que, según Savills, refleja la estabilidad relativa de los mercados residencial y comercial en las ciudades maduras tras la crisis. El coste inmobiliario en Londres en los primeros seis meses del año ha subido a una tasa anualizada del 10,6%, gracias, en gran parte, a la reciente apreciación de la libra esterlina frente al dólar estadounidense. En total, el coste en dólares del alojamiento residencial y comercial en Londres se ha incrementado en un 39% desde 2008.
A pesar de su ascenso en el ranking, Londres sigue lejos del récord alcanzado por Hong Kong en 2011, con 128.000 dólares por empleado al año. La caída de los alquileres de vivienda y, especialmente, la debilitación de la moneda ha disminuido la competitividad de Hong Kong, lo que ha propiciado que el precio medio actual de alquiler de espacio residencial y de oficinas haya vuelto a los niveles de 2008, 116.000 dólares por empleado por año.