En España, el debate sobre la profesionalización en la gestión deportiva no es nuevo, pero sigue más vigente que nunca. La coexistencia entre clubes deportivos tradicionales y Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) plantea preguntas clave: ¿qué modelo es más eficiente? ¿Cuál garantiza la sostenibilidad y el desarrollo del deporte? ¿Cómo impacta esto a nivel social y económico?
Desde Grupo EM Gestión, analizamos cómo estos modelos influyen en la estructura y futuro de las entidades deportivas, especialmente en disciplinas como el fútbol, el baloncesto o el balonmano, donde el crecimiento y la inversión son esenciales.
Modelos de gestión deportiva en España
En España conviven dos grandes formas jurídicas en el ámbito del deporte profesional:
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Clubes Deportivos: Muchos de ellos sin ánimo de lucro, están ligados a su comunidad, fomentan la participación democrática y tienen un fuerte componente social. Entre sus limitaciones se encuentran la falta de recursos, la dependencia del voluntariado y una gestión menos profesionalizada.
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Sociedades Anónimas Deportivas (SAD): Obligatorias desde 1990 para la mayoría de clubes que compiten en ligas profesionales (como LaLiga), estas estructuras permiten atraer inversión privada, profesionalizar la gestión y ofrecer mayores garantías económicas y fiscales.
La transición de clubes a SAD se realizó para mejorar la viabilidad financiera del deporte profesional, aunque sigue habiendo excepciones destacadas como el FC Barcelona, Real Madrid, Athletic Club y Osasuna, que mantienen su estructura como clubes deportivos por decisión propia y cumplimiento de ciertos requisitos.
Ventajas de la profesionalización en la gestión deportiva
La verdadera diferencia entre ambos modelos no siempre está en su forma jurídica, sino en el grado de profesionalización en la gestión deportiva. Una buena planificación, liderazgo técnico, transparencia, control financiero y estructura organizativa sólida son claves para cualquier entidad deportiva, sea SAD o club.
En Grupo EM Gestión creemos que la profesionalización implica:
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Equipos directivos formados y especializados.
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Estructuras de control económico eficientes.
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Visión estratégica y sostenibilidad a largo plazo.
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Compromiso con la comunidad y valores del deporte.
Conclusión
La profesionalización en la gestión deportiva no es una opción, sino una necesidad. Tanto clubes tradicionales como SAD deben evolucionar para asegurar su viabilidad, mantener la confianza de sus socios o accionistas, y contribuir al desarrollo del deporte en todos los niveles.
Desde Grupo EM Gestión, apoyamos modelos de gestión que integren eficiencia, valores y sostenibilidad, adaptados a la realidad y los objetivos de cada entidad.