Cualquier trabajador, en su primer día de trabajo, llega nervioso y confuso a la empresa. Le surgen muchas dudas como por ejemplo a quién tengo que preguntar, con quién voy a trabajar, cuáles son las tareas que tengo que realizar, a dónde voy… A todas estas cuestiones debemos responderle si queremos que el trabajador se lleve muy buena impresión de la empresa desde el inicio, ya que esto permite obtener mayor productividad, mayor retención del talento, y se evita que quiera marcharse en los primeros meses.
Las empresas españolas tienen una gran tarea pendiente, que cada año les cuesta dinero y pérdida de talento, a la hora de acoger a las nuevas incorporaciones. La falta, o mala ejecución, de planes de onboarding (incorporación) hace que los empleados recién llegados pasen por situaciones de estrés o tengan sensación de abandono y soledad, que finalmente desembocan en la decisión de marcharse.
Vas a descubrir cómo se diseña un buen plan de integración de los nuevos trabajadores, los beneficios que tiene, en qué consiste este proceso, y qué herramientas digitales están a tu alcance para facilitar su implantación en la empresa.
¿QUÉ ES?
El onboarding para empresas se encarga de facilitar las incorporaciones de los nuevos trabajadores para que estén satisfechos en la empresa. Este concepto ya existía desde los años 80, pero es realmente ahora cuando se está implementando cada vez más en las empresas. Es muy importante para hacer un buen plan de incorporación de los nuevos empleados que los responsables de recursos humanos sean conscientes de la importancia del onboarding y de que sepan llevarlo a cabo de forma óptima. Además, existen ciertas herramientas digitales que le ayudarán en su aplicación.
El onboarding para empresas es el proceso de incorporación de nuevos trabajadores a una empresa. En dicho procedimiento los nuevos empleados conocerán la organización, su rol, sus nuevos compañeros de trabajo y la filosofía de la empresa.
Está demostrado que el 90% de los trabajadores deciden irse o no de la empresa en sus primeros seis meses. Por lo tanto es necesario que desde el primer momento, en el que la empresa toma contacto con el posible trabajador, le haga sentir cómodo y le de un trato excelente para que se lleve una buena impresión. Si los trabajadores se van en los primeros meses de la empresa se genera un coste económico muy importante que hay que evitar en la medida de lo posible.
Con un plan de incorporación laboral para nuevos trabajadores óptimo le prestas, desde su primer día de trabajo, la información y ayuda que necesita para que no tenga dudas sobre su nuevo trabajo y se sienta satisfecho en la empresa. Con el onboarding para empresas le proporcionarás datos sobre cuáles son sus tareas, cómo funciona la empresa, quienes van a ser sus compañeros e incluso enseñarle los sistemas que va a tener que utilizar.
Si un empleado decide irse en los primeros 6 meses puede deberse a uno de estos dos motivos:
- Un fallo en el proceso de selección del personal
- Un mal plan de onboarding, en este caso el trabajador no entiende bien la cultura de la empresa y no sabe hacer bien su trabajo.
En cuanto a su duración, puede ser de 1 día, 1 mes, 3 meses, 6 meses o incluso hasta un año. La duración dependerá del tipo de gestión de la empresa.
En definitiva, el onboarding son las acciones que necesita la empresa hacer para facilitar al trabajador nuevo su inicio, su integración y su adaptación al nuevo puesto de trabajo. Es una buena herramienta empresarial para mejorar la productividad, retener a los mejores profesionales, y reducir los costes laborales.
MUY MALOS DATOS EN ESPAÑA
En España, el 75% de los profesionales tiene un mal recuerdo de su fase de incorporación a sus compañías, según una encuesta realizada a 1.200 directivos por Headway en 2018. Una cifra que sorprendió en la firma de selección de personal, como asegura su socio director, Víctor Carulla. “Es algo inconcebible. Como mucho, esperábamos que fuera un 40%, que ya es una barbaridad”. Números muy similares de descontento manejan Eva Puigjaner, consultora sénior de Montaner, y Esther González, profesora de EAE Business School.
“Si no se hace un proceso de incorporación bueno, se puede perder el 80% de las nuevas incorporaciones, lo que significa mucho dinero. El coste de reponer a una persona que se va, en el caso de un empleado, puede llegar a ser su salario bruto anual. Y hasta cuatro veces su salario si se habla de directivos o mandos intermedios”, asegura González. Por su parte, Puigjaner cifra en un 26% del salario bruto al año lo que cuesta incorporar a un trabajador hasta que no rinde al 100%.
Los tres expertos consultados coinciden también en que a menudo se confunde el proceso de onboarding con dar unas charlas el primer día a la persona que se incorpora. “Hay que diferenciar entre plan de acogida y onboarding. En el primero lo que se hace es formar al empleado, sobre todo, en el conocimiento de la empresa y el negocio. Suele ser de muy corta duración y es reactivo. Al contrario del onboarding, que lo que hace es fidelizar el talento, ayudar a ese empleado a adaptarse e integrarse en el menor tiempo posible a su puesto y su empresa. Es proactivo, mucho más extenso y lo que cuida es a la persona”, asegura Puigjaner, antes de explica que Montaner tiene un proceso propio de incorporación para los perfiles que selecciona para sus clientes, que comienza ya durante la fase de entrevistas y se alarga, con diferentes sesiones de coaching, entre un mes y medio y dos tras la firma del contrato.
En opinión de la profesora del EAE Business School, el proceso de onboarding sirve para que la persona que llega nueva se inserte en la cultura de la empresa, se sienta parte del equipo, integrado.
“No supone una inversión brutal, supone más pensar, y marca una diferencia muy importante. Si no se lo toman en serio, la realidad es que la gente buena se va. Todo lo que inviertas en onboarding es retorno de inversión clarísimo”, añade Esther González, que afirma que cada vez más empresas “se lo están tomando en serio”.
Vía FactorialBlog y CincoDías.