Cuando se compra una casa en la playa o, la mayoría de las veces, cerca de la playa, el primer argumento para hacerlo es el disfrute de los veranos. Pero muchos también se plantean la compra como una inversión de futuro. Un 10% de propietarios la están utilizando como un instrumento de ahorro de cara al futuro. Y es que “el futuro de las jubilaciones en España no es muy halagüeño”.
Cada vez la jubilación llegará más tarde, se cotizará más tiempo y se perderá poder adquisitivo para garantizar la viabilidad del sistema”. Por eso, cada vez son más los españoles que buscan herramientas de ahorro destinadas básicamente a hacer más llevadero este tramo de la vida.
Existe un nuevo comprador que busca una vivienda a la que poder trasladarse cuando se jubile y en la que mantener su estilo de vida, aprovechándose de ventajas como una buena ubicación, una amplia oferta y unos precios que, en muchos casos, son el 50% de los de hace 5 ó 6 años.
La compra de vivienda en la playa es una operación cada vez más frecuente. Los compradores, con su vivienda familiar pagada, llegan buscando un piso más económico en la costa. El objetivo es, con la llegada de la jubilación, trasladarse a la nueva vivienda y alquilar su primera propiedad para, con la pensión y las rentas inmobiliarias, disfrutar de la vida en un destino más económico.
A este panorama, los expertos de la compañía añaden que si bien este tipo de viviendas han sido las más golpeadas por la crisis, para los próximos años se prevé una subida de precios del 10% aproximadamente, “con lo que haría la operación más interesante aún”, concluye Duque.