La llegada del primer bebé a la casa obliga a redecorar de arriba a abajo uno de las habitaciones de la casa.
Pero se trata de destinar a una de las estancias el sitio en el que cambiar, dormir, vestir, jugar o incluso alimentar al bebé que está por venir. Estos son algunos consejos que pueden servir para decorar la habitación del bebé. El cuarto debería estar cerca del dormitorio de los padres. Se debe afrontar con tiempo para evitar agobios que coincidan con el fin del embarazo
Las paredes de la habitación no deben pintarse con colores muy fuertes o brillantes, ya que pueden desasosegar al bebé. Entre esos colores y los pastel hay muchas posibilidades. No solo se pinta: se puede usar dibujos, vinilos u otros elementos decorativos. En caso de utilizar cenefas decorativas, hay que tener en cuenta la altura de un niño pequeño.
A los niños les gusta jugar en el suelo. Lo más adecuado puede ser instalar suelos de madera o en su caso alfombras o moquetas (pero atrapan suciedad y ácaros). En cuanto gatee habrá que extremar el cuidado con enchufes, cables, lámparas y radiadores. No se deben acumular demasiados muebles y objetos. Los niños necesitan jugar, saltar y correr. Pero un bebé pasa mucho tiempo tumbado boca arriba mirando al techo. Así que se puede pintar el techo con nubes, estrellas, animales… Los muebles pueden ser de cualquier color; tan solo debemos evitar los colores muy oscuros. Conviene que sean muebles resistentes y que puedan tener una segunda vida (reconvertirlos según los niños crezcan). Si vamos a reutilizar algún viejo mueble, debemos tener cuidado con los elementos salientes (redondearlos). Los podemos rejuvenecer solo con cambiar los tiradores. En el mercado hay muchos muebles que son a la vez juguetes; son una buena elección.