En los tiempos de la burbuja inmobiliaria los bancos daban hipotecas a todo el que preguntara, aunque fuera mileurista. Eran años de espejismos y hasta el mileurista solitario o con pareja podía creer que estaba comprando una casa: el banco le daba crédito. Pero de aquella excesos vienen estos lodos de desahucios y ejecuciones.
Hoy ya no es así. Los bancos han endurecido mucho las condiciones para conceder una hipoteca e incluso ahora que los tipos son asequibles los requisitos son muchos, más que nunca. Pero ¿por qué hoy es tan difícil que un mileurista acceda a esa financiación?
Las mejores ofertas de la banca excluyen a los mileuristas. Bancos y cajas están lanzando al mercado un tipo de hipotecas más baratas y competitivas que se comercializan con diferenciales por debajo del 2%. Sin embargo, no son accesibles para los trabajadores con sueldos en torno a los mil euros. El motivo no es otro que el requerimiento a sus titulares de ingresos por el doble del suyo, unos 2.000 euros.
Tan sólo contar con ahorros que alcancen la mitad del precio de la vivienda podría dar lugar a que las entidades de crédito financiaran la otra mitad necesaria para adquirirla. Además, las condiciones serían tan estrictas que les faltarían recursos para afrontar los gastos básicos del día a día.