Un total de ocho modelos de sillas infantiles para vehículos, lo que supone un 19%, incumplen los niveles mínimos de calidad exigidos, según un informe europeo en el que participa RACE, y en el que se ha analizado la seguridad de un total de 42 modelos, a la venta en el mercado, de este sistema de retención.
En concreto, tres de los modelos han logrado una evaluación ‘insatisfactoria’ y cinco ‘muy insatisfactoria’. De estos últimos, dos no han pasado la prueba por suspender en detección de sustancias peligrosas. Por el contrario, 24 modelos han pasado las pruebas de manera ‘satisfactoria’ y diez de forma ‘aceptable’. Ninguna silla ha obtenido el máximo reconocimiento por parte de clubes automovilísticos y asociaciones de consumidores europeos, que es el de ‘muy satisfactorio’.
De los 42 modelos analizados, 13 están homologados con la normativa ECE R-129 (i-Size), y todos a excepción de uno, han superado los niveles de calidad exigidos. La única silla i-Size que no ha pasado los niveles de recomendación de los clubes ha sido debido a las pruebas de presencia de sustancias tóxicas presentes en los tejidos, no a la seguridad de las pruebas de impacto.
Las sillas comercializadas bajo i-Size no tienen en cuenta la clasificación de grupos (grupo 0+, I, etc.) al medir el rango según la altura del menor, e indica que los niños de, al menos hasta 15 meses, deben ir colocados en dirección contraria de la marcha. Esta nueva homologación no afecta a los padres con sillas de ECE -R44, ya que todavía no está prevista la desaparición de las sillas de esta normativa.
Para medir la seguridad del producto, los modelos se someten a pruebas de impactos frontales y laterales; se estudia el manejo y la instalación, sobre todo los posibles fallos en la colocación del sistema con seguridad; se analiza la ergonomía y la comodidad para el niño; y por último, la presencia de sustancias peligrosas en los tejidos de las sillitas.
Estas pruebas son más exigentes, según el RACE, desde 2015, al añadir pruebas de impacto frontal con nuevos ‘dummies’ y nuevos sensores (abdominales en el Q3) que permiten una mejora en la identificación de lesiones.
Además de la normativa I-SIze ECE R 129, para los resultados se han tenido en cuenta las nuevas condiciones de pruebas según EuroNCAP. También se han reformulado las pruebas de manejo y ergonomía, y respecto a las pruebas de contaminantes y sustancias contaminantes, se han considerado las normas más actuales para juguetes y textiles.
En comparación con ediciones anteriores, la principal novedad de este informe de 2017, para RACE, es el incremento en el número de sistemas de retención infantiles analizados. Este año se han analizado casi un 33% más de modelos con respecto a 2016.
RECOMENDACIONES DEL RACE
RACE recomienda que a la hora de comprar una silla, se verifique que el vehículo está adaptado y homologado para el uso de la silla según su norma. Una vez comprobado este punto, lo siguiente es buscar el modelo que mejor se adapte a la altura del pequeño, teniendo en cuenta el sentido de la marcha.
En este sentido, el club automovilístico aconseja que se lleve al niño al menos hasta los 105 centímetros de altura, los 18 kilos de peso y nunca con menos de dos años de edad.
A la hora de elegir la silla, también se debe comprobar su facilidad del manejo, ya sea mediante su instalación mediante los anclajes Isofix del vehículo, o a través de su fijación a través de los cinturones de seguridad del coche.
También pide a los usuarios que verifiquen que la silla está instalada correctamente, y que incluso soliciten la ayuda del vendedor para una demostración de su instalación o, en caso de duda, acudir al fabricante. Según indica RACE, la correcta sujeción de la silla al vehículo, y del niño a la silla, aumentará la seguridad en caso de frenazo brusco o impacto.
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